Poemas para Débora es un pequeño libro que contiene 25 poemas dedicados a una mujer tan bella como enigmática, el autor de dichos poemas ve a su amada como una utopía a la que sin embargo no renuncia.
Uno de nuestros poemas:
Poema 8 MI RAZON DE SER
En la búsqueda estoy de mi razón de ser,
del mayor tesoro que Dios me dió,
mente suprema, alma, espíritu, albergue de
la esencia de la creación divina.
Y en la ruta por el mar inmenso
que me lleva a mi razón de ser,
elegir la búsqueda me toca.
¿qué barca me llevará a mi tesoro espiritual?
¿reconocimiento? ¿bienes?¿amor?
¿qué tesoro terrenal me llevara a mi tesoro espiritual?
La meta suprema es la verdadera razón de ser.
Y el medio para llegar a ella es entregarse
al objetivo principal que el corazón eligió, ahora lo sé.
Aun cuando dicho objetivo no sea en si misma la meta suprema.
Aun cuando el camino diamantino hacia la
razón de ser sea muy escarpado, sé que la alegría de avanzar
y estar cada vez menos lejos de la meta
es una alegría que no se puede comparar.
Mi objetivo es pues, navegar la barca
que me acerca a la eternidad, es el camino al tesoro
humano que lucho por alcanzar y que tiene la llave
que me lleva a algo más grande: el tesoro espiritual.
Tesoro espiritual, meta suprema que he de alcanzar.
mente suprema, alma, espíritu, albergue de
la esencia de la creación divina.
Y en la ruta por el mar inmenso
que me lleva a mi razón de ser,
elegir la búsqueda me toca.
¿qué barca me llevará a mi tesoro espiritual?
¿reconocimiento? ¿bienes?¿amor?
¿qué tesoro terrenal me llevara a mi tesoro espiritual?
La meta suprema es la verdadera razón de ser.
Y el medio para llegar a ella es entregarse
al objetivo principal que el corazón eligió, ahora lo sé.
Aun cuando dicho objetivo no sea en si misma la meta suprema.
Aun cuando el camino diamantino hacia la
razón de ser sea muy escarpado, sé que la alegría de avanzar
y estar cada vez menos lejos de la meta
es una alegría que no se puede comparar.
Mi objetivo es pues, navegar la barca
que me acerca a la eternidad, es el camino al tesoro
humano que lucho por alcanzar y que tiene la llave
que me lleva a algo más grande: el tesoro espiritual.
Tesoro espiritual, meta suprema que he de alcanzar.
POEMA 26 EL REENCUENTRO
Por la ruta escarpada de angustias y temores
que la vida propone, va el caminante en busca del
Alcázar: palacio de sueños; mansión del Empíreo.
Va en pos de hallar anhelos que son su razón de vivir….
Su ruta es camino diamantino,
camino agreste, que puede desgarrar, senda de dolor,
larga ruta que interminable parece y a veces agota.
Pero él a la desesperanza sabe enfrentar estoico y con valor.
Él sabe que su camino tiene una meta,
él sabe que la vida es una trama irreal,
que la vida es una farsa cuando el alma encerrada está,
es por ello que el corazón le avisa y busca su ideal.
La vía del caminante procura el reencuentro,
es un trayecto firme hacia el alma contenida en el cristal fulgente.
Sabe bien el caminante que a cada paso el cristal se va resquebrajando,
sabe bien que finalmente se romperá cuando a la meta llegue.
En el momento en el que el cristal se rompe
empieza el reencuentro con el alma,
encuentro excelso con la esencia de nuestro ser,
encuentro que identifica el autentico “yo soy”,
dejando atrás las huellas del pasado azorado.
Cuando nos reencontramos con el alma,
las angustias y miedos desaparecen,
El corazón de júbilo proyecta ya no galernas impetuosas,
más bien auras cálidas que impregnan a otras almas.
El reencuentro es la verdadera razón de ser,
es el encuentro con la esencia de Dios, es sabiduría,
es acercarse al conocimiento, es adornarse la cabeza
con una guirnalda de encanto y de hermosura.
¿Por qué no vas tú también por el reencuentro?
Es oportunidad única que la vida ofrece,
deja atrás la mente gris que el entendimiento nubla,
deja atrás la miel que seduce y se vuelve amarga hiel.
Cualquier cosa motivo de apegos deja ya,
y dejándola arrastra todo el pasado tormentoso
que tu futuro amenazó.
Es el reencuentro, cita con la Eternidad,
Encuentro sublime que aniquila la cuita.
Encuentro barí, que debes buscar como el sediento
que busca agua en el desierto.
Si no estás dispuesto a ser caminante
¿cómo lograrás el reencuentro?
No te preguntes entonces
¿Dios, por qué a mí?
Si no estás dispuesto, tu vida seguirá los vaivenes
de las falsas libertades que la cárcel de los sentidos nos ofrece,
la conciencia se mantendrá presa conformándose
con las etiquetas que los esquemas sociales te imponen.
No busques migajas, cuando la canasta está llena de panes,
sé que eres capaz de multiplicarlos, espera con perseverancia,
seguro te digo: aparecerá la fe, y una vez que este instaurada en tu ser, todos los sueños que concibas se harán realidad.
Reencuentro con el alma que prisionera estuvo en el cristal:
es el verdadero encuentro con el amor.
Amor que inunda el Universo, Universo que es todo.
¿Y qué es Todo? Todo es Dios. Dios es todo.
Dios es el reencuentro.
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